lunes, 15 de junio de 2009

Adquisición de una segunda lengua

“En la actualidad se tiende a considerar que la enseñanza de una lengua viva tiene como objetivo la adquisición de una competencia oral poco a poco enriquecida después por una competencia escrita semejante”.(Bouton, 1976, p. 243 ). No obstante, se hallan los pro y los contra sobre tal adquisición. Esto surge principalmente porque se contrasta la lengua materna con las adquisiciones de lenguas extranjeras.
Si se comparan ambas adquisiciones en un plano neurofisiológico, tenemos que un niño(a) para aprender la lengua materna aprovecha sus capacidades cognitivas y biológicas, las cuales en cierta edad son privilegiadas y se encuentran más latentes cuando los niños aún son pequeños. Por otro lado, los adolescentes que aprenden una lengua extranjera no disponen de tales etapas privilegiadas y por lo tanto se hace más difícil la adquisición.
En un punto de vista intelectual, si un niño comienza a aprender la lengua materna, todo será nuevo para él, sus pensamientos, deseos y otros, pasaran a los procesos neurológicos para luego implementarse en el niño. En cambio, si un adolescente pretende adquirir otra lengua, ésta estará determinada por la lengua materna y será ella la que reorganice la información obtenida por la otra lengua. Frente a esto la consecuencia inmediata de comenzar a adquirir una nueva lengua, es que ésta se distorsione, debido principalmente a la organización que ya tiene la lengua materna.
Según Bouton (1976), al aprender otra lengua el individuo se está reeducando en todos los niveles de la competencia verbal, es decir, en el fonológico, sintáctico, morfológico y léxico. Sin embargo, no por esto perderá los niveles ya adquiridos con la lengua materna.
Para la eficaz adquisición de una segunda lengua, se debe impedir las interferencias entre la lengua materna y la extranjera, porque así baja el porcentaje de distorsión. Sin embargo, no todo depende del sujeto que está aprendiendo la lengua, sino que también obedece a una cuestión de enseñanza. Esta enseñanza debe realizarse utilizando actividades, refuerzos y motivaciones permanentes.
La principal utilidad de la adquisición de otras lenguas es que permite al sujeto descubrir la independencia relativa de sus pensamientos, respecto del soporte verbal. También permite a los individuos reconocer y valorar de mejor manera los aspectos específicos de su lengua materna y además lograr que tengan otra manera de percibir, sentir, y expresarse, distinta a la de su lengua materna.
La segunda lengua expande los conocimientos y amplía la comprensión del mundo exterior de las cosas y el mundo interior de la ideas. Además favorece la comunicación y comprensión entre los individuos, y también permite visualizar perspectivas, formas, modos, culturas, etc. distintos a los de cada uno, permitiendo así “abrir la mente a nuevas concepciones”. Esto acompañado del avanzado desarrollo del mundo actual, ya que gracias a los avances científicos y tecnológicos se ha favorecido el intercambio cultural y social del mundo entero.
Bibliografía:
Bouton, C. (1976). El desarrollo del lenguaje: aspectos normales y patológicos. 1ª edición. Buenos Aires: Editorial Huemul S. A.

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