lunes, 15 de junio de 2009

Epistemología del lenguaje

En el presente paper, se expone el pensamiento de un autor, que en vez de ahondar conceptualmente el tema, hace aportes novedosos que llaman mucho la atención y se pueden poner en tela de juicio.

En el período moderno, a consecuencia de la influencia del pensamiento cartesiano, la cuestión de qué es lo que podemos llegar a conocer se transformó en un tema central de estudio. Es así que la epistemología se configura como el área de la filosofía que indaga los diferentes aspectos de la teoría del conocimiento, ocupándose de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el nivel con el que cada uno resulta cierto; así como la relación entre quien conoce y el objeto conocido.

En el libro “La epistemología del lenguaje”, Jiménez (2000), intenta dar una nueva visión que permita debelar los aspectos olvidados o no considerados por los autores que anteriormente desarrollan la epistemología del lenguaje. Primero que todo, se hace hincapié en que al ser consideradas las manifestaciones humanas como expresiones lingüísticas, el lenguaje presenta sólo una faceta objetiva ocultando la sujetual. El proceso lingüístico se considera desde posturas teóricas objetuales destinadas a lo social –la lengua- dejando una en segundo plano el análisis de su representación individual –el habla-, su carácter sujetual, ajeno y por ello inasumible por el cientificismo lingüístico. Sin embargo, el funcionamiento interno de un conjunto de unidades lingüísticas en el interior de un sistema es insuficiente para entender el dinamismo estructural del sistema lingüístico. Al explicar causa de las particularidades y evolución lingüística a partir de los cambios de sus unidades, se olvida la intervención del ser humano como hablante capaz de comunicar una imagen de la realidad.

Si el objeto de estudio se abarca sólo desde lo empírico (fenómenos reales) y teórico (naturaleza de sus datos), no existiría la posibilidad de acercarse a la realidad, ya que el objeto no se determina por las lenguas sino por el propio discurrir ideológico. El problema es que muchos lingüistas no han comprendido que la realidad no puede evaluarse según dicotomías rígidas y excluyentes, y que las diferentes teorías lingüísticas no deben fundamentarse en la realidad susceptible a diversas interpretaciones, sino que debe reagrupar el objetivo y sus elementos, y también debe entregar un matiz subjetivo que de a la lingüística un sentido antropológico.

El texto (…) tiene por objeto el establecimiento de las bases para una reflexión integral y creativa sobre el lenguaje. Integral, a partir de la adopción del punto de vista dialéctico entre distintas perspectivas hasta llegar a su integración global, y creativa, ya que busca en la corrección de la exégesis el criterio verificador de su formulación. (Jiménez, 2000, p. 7).

Se pretende que el recorrido metodológico llegue desde los datos de la experiencia al sujeto, oculto y a veces ignorado por la lingüística.

El motivo no es otro que el propio carácter de nuestro objeto de estudio; un lenguaje que además de los aspecto empíricos, expresables gracias a la lengua objeto, se ocultan los aspectos trascendentales, que esconden la auténtica realidad del ser que somos. La lingüística no es ni objeto producido, ni un objeto real, sino el objeto sujeto ideológico que se constituye como objeto la producción lingüística. Por lo tanto las manifestaciones lingüísticas deben ser entendidas en tanto teoría, empiricidad, expresión y comprensión, alterando el centro de atención desde en objeto al sujeto. Pasando desde la objetividad científica hasta lo subjetividad ideológica.

Jiménez deja en claro, que su propuesta la epistemología no se trata de construir una teoría o un modelo que desarrolle de manera abstracta la descripción y explicación de nuestro objeto para determinar la verdad y la correlación de sus planteamientos internos, sino de aprende un renovado objeto de estudio para llegar a su conocimiento profundo integrando y organizando metodológicamente y complementariamente la descripción de la realidad lingüística empírica y factual (datos lingüísticos que constituyen los actos de habla), la explicación de la posible realidad lingüística potencial y la interpretación de todos los procesos gracias al poder mediador del lenguaje.

De allí para que poder aprehender este renovado objeto de estudio es necesario organizar metodológicamente de manera la descripción de la realidad lingüística potencial a partir del carácter mediador del lenguaje. Y por ello sólo es posible en el marco de la reflexión epistemológica, que la lingüística epistemológica sea síntesis del atomismo deductivo de la lingüística científica (que subdivide la realidad lingüística, la caracteriza a partir de sus unidades y sus relaciones de dependencia para llegar a la pirámide teórica deductiva e inductiva) y el holismo dialéctico de la lingüística idealista, gracias a la concepción de la lingüística como técnica de interpretación aportada por la epistemología. Así y sólo así el lingüista epistemólogo podrá aportas a la lingüística (descubriendo los supuestos filosóficos, precisando las categorías filosóficas y añadiendo la construcción de hipótesis interpretativas sobre las realidades potenciales relacionando así la ciencia, cultura y valores, como también creando realidad)

En este sentido, establece las fases para el conocimiento profundo de nuestro renovado objeto de estudio -el lenguaje sujeto-, realizando una síntesis entre el empirismo cientificista -que otorga primacía a los datos lingüísticos y el criticismo idealista -que tras la comparación entre datos lingüísticos y juicios de valor otorga la primacía a éstos últimos-, a partir de la creación de nuevas tesis sobre el mundo lingüístico previsto (teorías) y el mundo lingüístico preferido según un sistema de valores (modelos), que juntos constituirán una nueva realidad lingüística, nacida de la consonancia entre datos, teorías, modelos y valores.

A raíz de la lectura, se puede decir que este autor es muy idealista, ya que ampliar el concepto que la epistemología del lenguaje ha mantenido durante años, cambiando el estudio objetivo para integrar las subjetividades, es bastante imposible, ya que, como el mismo dice en su libro es inasumible. Además, se puede destacar la complejidad de su texto que hace aún más difícil la comprensión de su teoría, de la cual se destaca que lo teórico y lo empírico no son divisiones inseparables (tampoco el resto de las dicotomías), sino que tienen múltiples aspectos comunes y eso hace que se puede caer en errores. Por otra parte se resalta el esfuerzo del autor por hacer una transformación total para intentar llegar a algo más cercano a lo que es la realidad.

J. L. Jiménez Ruiz (2000). Epistemología del lenguaje. Universidad Alicante.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, pero se advierten problemas de redacción y ortografía, no graves pero sí corregibles. Nota: 6,0

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  2. Ah!! Y excelente foto de presentación. de verdad, muy buena!!

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